Las apariencias siempre engañan

Maná del Líder
Lunes 23 de octubre, 2023
Al Servicio de la Comunidad Profesional y de Negocios

El semáforo se puso amarillo justo cuando él iba a cruzar en su automóvil y, como era de esperar, hizo lo correcto: se detuvo en la línea de paso para los peatones, a pesar de que podría haber rebasado la luz roja, acelerando a través de la intersección.
 
La mujer que estaba en el automóvil detrás suyo estaba furiosa. Le tocó la bocina por un largo rato e hizo comentarios negativos en alta voz, ya que por culpa suya no pudo avanzar a través de la intersección… y para colmo, se le cayó el celular y se le regó el maquillaje.

En medio de su pataleta, oyó que alguien le tocaba el cristal del lado. Allí, parado junto a ella, estaba un policía de tránsito mirándola muy seriamente. El oficial le ordenó salir de su coche con las manos arriba, y la llevó a la comisaría donde la revisaron de arriba abajo, le tomaron fotos, las huellas dactilares y la pusieron en una celda.
 
Después de un par de horas, un policía se acercó a la celda y abrió la puerta. La señora fue escoltada hasta el mostrador, donde el agente que la detuvo estaba esperando con sus efectos personales:
 

– “Señora, lamento mucho este error”, le explicó el policía. “Le mandé a bajar mientras usted se encontraba tocando bocina fuertemente, queriendo pasarle por encima al automóvil del frente, maldiciendo, gritando improperios y diciendo palabras soeces. Mientras la observaba, me percaté que de su retrovisor cuelga una cruz, su carro tiene en su bumper una calcomanía que dice ‘¿Qué haría Jesús en mi lugar?’, su guardabarros tiene un rótulo que dice ‘Yo escojo la Vida’, otra calcomanía que dice ‘Sígueme el domingo a la Iglesia’ y, finalmente, el emblema cristiano del pez. Como es de esperarse, supuse que el auto era robado.”


REFLEXIÓN

En nuestras urbes cada vez congestionadas de vehículos una de las mayores tentaciones para los seguidores de Cristo es comportarse como tales en medio de la vorágine de malhumorados, imprudentes e impacientes conductores sin distintos de género, estatus, nivel educativo o experiencia como conductor.

Verán hay cuatro razones básicas por las que podemos explicar nuestro fracaso personal ante los valores del mundo cuando manejamos y que nos llevan a avergonzar a Jesús. Son las siguientes: 

1. CIENTIFICA: El dióxido de carbono en altas concentraciones como ocurre cuando estamos atascados en el tráficos en horas puntas afecta el sistema nervioso facilitando reacciones de ira por causa de temor, ansiedad e inseguridad.

2. CELO POR LA JUSTICIA: Hemos desarrollado un torcido sentido de la justicia según el cual lo que considero lícito y legal debe aplicarse inexorablemente a todos los demás, pero no a mi mismo. Segun esta perspectiva nosotros somos jueces y como tales podemos tirar nuestro vehículo delante de alguien que se atreve a meterse en nuestro camino aunque pida permiso o dar rienda suelta a nuestro juicio final contra aquellos que se atreven a tocarnos la bocina o rayarnos en la vía publica.

3. EL AUTO COMO EXTENSION: Sin importar el tamaño o fuerza del vehículo que nos toque conducir, el mismo actúa psicológicamente como una extension de nuestro cuerpo, es decir como una armadura que nos empodera y hacer sentir mas poderosos de lo que somos fuera del auto. Es como si fuéramos investidos de una armadura que automáticamente nos da licencia para someter a los mas débiles. Mas grande y fuerte el vehículo mayores los complejos al respecto de quien lo conduce.

4. INMADUREZ EMOCIONAL: La mayoría de los conductores, y esto no exime a los cristianos, son inmaduros emocional y espiritualmente. La carretera se convierte en un espacio para compensar los complejos de inferioridad y superioridad irresueltos debido a un niñez disfuncional y un discipulado cristiano centrado en información y no en transformación.

Independientemente del perfil que usted y yo tengamos, estas pocas variables se entrecruzan causando un desastroso coctel testimonial.  El carácter o la integridad son un fruto de la sanidad del alma, es decir de la madurez emocional y espiritual. Resultan del balance entre mi vida devocional (vertical) conociendo y amando a Dios, y mi vida relacional (horizontal) dando a otros del amor y gracia que he recibido.
Jesus cuando estuvo en esta tierra nunca tuvo prisa. No andaba apurado. Ponía atención y reconocía las necesidades inmediatamente. Hoy la iglesia, en particular los pastores andan de prisa, muy atareados y cuando manejan esto se expresa avergonzando el nombre de quien pregonan el domingo desde el púlpito. Ciertamente las ovejas no son muy diferentes de sus pastores.

En conclusión cuando un seguidor de Cristo se comporta como la mujer, pudo haber sido un hombre perfectamente, de la historia de este Mana, no solo avergüenza a Cristo sino que evidencia su enanismo emocional y espiritual. Nunca juzgue a alguien como cristiano por las apariencias, un pescado sobre un auto es una imagen vacía igual que un crucifijo alrededor de un cuello. Nuestros actos mas que nuestras palabras hablan de quienes somos y a quien seguimos.

FRASE DE PODER
Nuestros actos deben hablar mas fuertemente que nuestras palabras

ESCRITURA
Proverbios 19:2 (NTV) 
"El entusiasmo sin conocimiento no vale nada; la prisa produce errores"

Aqui y ahora esta frente a ti la oportunidad de actuar diferente. De dejar de reaccionar a tu entorno, para empezar a actuar con madurez a el. Mi manera de conducir no puede estar definida por como lo hacen otros, sino como Jesús quiere. Si logramos esto al manejar impactaremos muchas otras areas de nuestra vida.

Oro para que tu decision sea firme y empieza aquí y ahora.

Juan Carlos Flores Zúñiga

Comentarios

Tula Montoya dijo…
Estimado hno. Juan Carlos,
Gracias por estos correos son de mucha bendición.
Saludos,
Tula Loyola
IACYM Monterrico

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