La milla imposible

Maná del Líder
Lunes 27 de Abril, 2020
Al Servicio de la Comunidad Profesional y de Negocios

LA MILLA IMPOSIBLE

En Oxford, Inglaterra, un joven estudiante de medicina de 25 años, llamado Roger Bannister rompió la notoria barrera de correr una milla en cuatro minutos. Bannister, quien corría para la Asociación Atlética Amateur  contra su  alma mater, la Universidad de Oxford,  ganó la carrera de una milla con tiempo de 3 minutos y 59.4 segundos.

Por años, muchísimos atletas habían tratado y fracasado en correr la milla en menos de 4 minutos al punto que la gente llegó a creer que era imposible físicamente lograrlo.  El record mundial para una milla era de 4 minutos y 1.3 segundos, establecida por Gunder Hagg de Suecia en 1945.  A pesar de ello, o tal vez por ello, el misterio psicológico alrededor de la barrera de cuatro minutos, llevo a varios corredores a inicios de los cincuentas a prepararse para ser los primeros que cruzaran la milla en menos de cuatro minutos.

Roger Bannister, nació en Harrow, Inglaterra, en 1929 y fue uno de los principales corredores de la milla mientras estudiaba en la Escuela de Medicina St. Mary en la Universidad de Oxford en Londres. In 1951 y  1953, ganó los campeonatos británicos  en la carrera de una milla. Conforme se preparaba para su primera competencia en la temporada de 195, Bannister investigó la mecánica de correr y se entrenó usando un Nuevo método científico que el mismo desarrolló. 

El 6 de mayo de 1954, llegó a la pista de carrera de Iffley en Oxford para la competencia anual entre la Asociación Atlética Amateur y la Universidad de Oxford.  Las condiciones estaban muy lejos de ser ideales, había estado lloviendo con fuertes  viento. Un considerable viento cruzado estaba soplando sobre la pista cuando la Carrera de la milla estaba por comenzar.

A las  6 p.m., hicieron el disparo que marcaba el inicio de la justa. En una carrera cuidadosamente planeada.  Bannister fue acompañado por Chris Brasher, un excorredor de Cambridge que actuaba como controlador de ritmo. En la primera mitad de la milla, Brasher lideró en la pista, con Bannister siguiéndolo de cerca, y entonces otro corredor tomo el liderazgo y alcanzo los primeros tres cuartos de milla en 3 minutos, 0.4 segundos, con Bannister en 3 minutos  0.7 segundos. 

Bannister tomó el liderazgo de la carrera con 350 yardas aún por recorrer y pasó a un cronometrista extraoficial en la marca de 1,500 metros en 3 minutos 43 segundos, igualando el récord mundial para esa distancia.  Inmediatamente después, Bannister desplegó todas sus reservas y rompió la cinta de llegada en 3 minutos 59.4 segundos. Tan pronto como la primera parte de su marcador fue anunciado – “tres minutos…”- la multitud estalló en un pandemonio.   

Más tarde Bannister escribiría “sin importar cuán ordinario cada uno de nosotros parezca, todos somos de alguna manera especiales, y podemos hacer cosas que son extraordinarias, tal vez hasta …lo imposible”.  

Bannister el mismo año rompió su propia marca y luego ganó los campeonatos británico y del imperio en la carrera de la milla, y el título europeo en los 1,500 metros  en 1954.

Al final de ese año, Bannister se retiró de la competición atlética para seguir su carrera de medicina a tiempo complete y en 1955 resumió sus experiencias en el libro “La Milla de 4 minutos”.  Más tarde obtuvo su título como médico y se especializó como neurólogo. En 1975, fue convertido en caballero por la Reina Isabel II.

REFLEXIÓN

El récord mundial en la milla no se mantuvo por mucho tiempo, el mismo Bannister lo rompió el mismo año, y continuo siendo mejorado con crecientes controles en las condiciones del clima y la superficie de la pista, equipos de medición más precisos, y mejoras en el entrenamiento y las técnicas para correr.

Todavía hoy en día correr la milla en menos de cuatro minutos se considera un tiempo notable, pero los principales corredores internacionales lograr rutinariamente  vencer la antigua barrera.  Debido a que la milla no es una medida métrica, no es un evento regular en las competencias de pista en las Olimpiadas. Continúa siendo, sin embargo, para muchos corredores un evento glamoroso.

Bannister hizo lo imposible a los ojos humanos y de acuerdo al conocimiento de su tiempo, pero su ejemplo nos inspira no por lograr lo imposible sino por mostrarnos como.

Nuestra cultura nos ha acostumbrado a aceptar la falsa promesa de que todo es posible y que para lograrlo solo basta una voluntad firme.  Si bien es cierto que todos podemos soñar y desarrollar una voluntad firme eso sigue siendo insuficiente para ver cumplidas nuestras metas.

Tres requisitos fueron determinantes para los triunfos de Bannister: una meta inteligente (especifica, medible, apropiada, relevante y definida en el tiempo), preparación mental, espiritual y física, y apasionada convicción (fe).

Cuando vemos un triunfo deportivo pocas veces reconocemos la historia detrás de ese logro. En medio de la euforia es fácil subestimar que un sueño requiere de mucho trabajo para convertirse en realidad.

Aun para la personas de fe, es claro que la Biblia no habla de atajos, ni de camino fácil para alcanzar los sueños que Dios ha puesto en nuestro corazón. "No daré nada a Dios que no me cueste" declara David ante Dios. Después de la salvación todo lo demás cuesta. Dios nos ama y por eso nos disciplina.

FRASE DE PODER
Sin disciplina, metas y convicción nunca lograremos nada importante en la vida.

ESCRITURA:
Filipenses 4:13
"Todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas".

Sea en el plano deportivo, cultural, social o económico estamos siendo desafiados continuamente a aprender, crecer y mejorar. Nadie fue llamado a vivir estancado o mediocremente. Sin importar donde te encuentres Dios tiene un plan perfecto para cada uno de nosotros y para ello nos ha venido equipando a través de competencias, habilidades, experiencias, dones y una personalidad única.

Es tiempo de despojarse de las amarras insalubres que impiden que alcances los sueños de Dios en tu propia vida.

Hasta la próxima

Juan Carlos Flores Zúñiga
FUNDACIÓN LIDERINNOVA