Mi amigo "Oscuridad"

Maná del Líder
Lunes 13 de junio, 2022
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MI AMIGO "OSCURIDAD"

Hola oscuridad, mi viejo amigo…” Todo el mundo conoce el inicio de la icónica canción “Los sonidos del silencio” que catapultó a la fama al duo Simon y Garfunkel, pero pocos conocen la historia detrás de la composición.

Todo comenzó cuando Arthur “Art” Garfunkel, un niño judío de Queens se matriculó en la Universidad de Columbia. Durante la orientación para estudiantes de primer año, Art conoció a un estudiante de Buffalo, Nueva York, llamado Sandy Greenberg, e inmediatamente se unieron por su pasión compartida por la literatura y la música. Art y Sandy se convirtieron en compañeros de cuarto y mejores amigos. Con el idealismo de la juventud, prometieron estar allí el uno para el otro sin importar nada.

Poco después de comenzar la universidad, Sandy sufrió una tragedia. Su visión se volvió borrosa y, aunque los médicos le diagnosticaron una conjuntivitis temporal, el problema empeoró. Finalmente, después de ver a un especialista, Sandy recibió la devastadora noticia de que un glaucoma severo estaba destruyendo sus nervios ópticos. El joven con un futuro brillante pronto estaría completamente ciego.

Sandy quedó devastado y cayó en una profunda depresión. Renunció a su sueño de convertirse en abogado y regresó a su nativo Bufalo, donde le preocupaba ser una carga para su familia ya bajo apuros económicos. Consumido por la vergüenza y el miedo, Sandy cortó el contacto con sus viejos amigos, negándose a contestar cartas o devolver llamadas telefónicas.

Entonces, de repente, para sorpresa de Sandy, su amigo Art apareció en la puerta principal. No iba a permitir que su mejor amigo renunciara a la vida, así que compró un boleto y voló a Bufalo sin previo aviso. Art convenció a Sandy para que le diera otra oportunidad a la universidad y prometió que estaría a su lado para asegurarse de que no se cayera, literal o figurativamente.

Art cumplió su promesa, escoltó fielmente a Sandy por el campus y sirvió efectivamente como sus ojos. Aunque Sandy se había sumergido en un mundo de oscuridad, era importante que, nunca se sintiera solo. Art en realidad comenzó a llamarse a sí mismo "Oscuridad" para demostrar empatía por su amigo. Decía cosas como: "Oscuridad te va a leer ahora". Art organizó su vida en torno a ayudar a Sandy.

Un día, Art estaba guiando a Sandy a través de la atestada estación de ferrocarriles “Grand Station” cuando de repente dijo que tenía que irse y dejó a su amigo solo y petrificado. Sandy tropezó, chocó con la gente y se cayó, cortándose una herida en la espinilla. Después de un par de horas infernales, Sandy finalmente se subió al tren subterráneo correcto. Después de salir de la estación en la calle 116, Sandy se topó con alguien que rápidamente se disculpó, ¡y Sandy reconoció de inmediato la voz de Art! Resultó que su fiel amigo lo había seguido todo el camino a casa, asegurándose de que estaba a salvo y brindándole el invaluable regalo de la independencia. Sandy dijo más tarde: “Ese momento fue la chispa que me hizo vivir una vida completamente diferente, sin miedo, sin dudas. Por eso estoy tremendamente agradecido a mi amigo”.

Sandy se graduó de la Universidad Columbia y luego obtuvo títulos de posgrado en Harvard y Oxford. Se casó con su novia de la escuela secundaria y se convirtió en un empresario y filántropo extremadamente exitoso.

Mientras estaba en Oxford, Sandy recibió una llamada de Art. Esta vez Art era quien necesitaba ayuda. Había formado un dúo de folk rock con su amigo de la secundaria, Paul Simon, y necesitaban desesperadamente $400 para grabar su primer álbum. Sandy y su esposa Sue tenían literalmente $404 en su cuenta bancaria, pero sin dudarlo, Sandy le dio a su viejo amigo lo que necesitaba.

El primer álbum de Art and Paul no fue un éxito, pero una de las canciones, “Los sonidos del silencio”, se convirtió en un éxito número 1 un año después. La primera línea se hizo eco de la forma en que Sandy siempre saludaba a Art.  Simon y Garfunkel se convirtieron en uno de los duos musicales más queridos de la historia.

Cada uno de los dos graduados de Columbia, han aportado mucho al mundo a su manera, y siguen siendo mejores amigos. Art Garfunkel dijo que cuando se hizo amigo de Sandy, “me convertí en una mejor persona y comencé a ver quién era: alguien que le da a un amigo”. Sandy se describe a sí mismo como “el hombre más afortunado del mundo”.

Art Garfunkel con su amigo Sandy Greenberg en dos momentos de sus vidas.

REFLEXIÓN

En mundo innegablemente conectado mediante tecnologías de la información, pero profundamente compartimentalizado relacionalmente, hablar de la amistad como una expresión de auténtica lealtad, afecto e integridad es una noción extraña para la mayoría.

Tenemos muchos contactos en nuestra red social y entorno sociocultural, pero raramente pasan la prueba del primer nivel relacional de conocidos al segundo de amigo o al más inalcanzable de íntimos.  Hemos permitido, que la genuina amistad se escurra entre nuestros dedos como agua desaprovechada.  Nunca como ahora, las personas se quitan la vida al sentirse profundamente solos y desesperados por camaradería.

Cuando crecía, tenía conocidos y amigos, pero poquísimos cercanos o íntimos.  Era un placer poder contar con unos cuantos amigos auténticos, que nos buscaban el intercambio transaccional, sino conversar sobre temas de mutuo interés, las luchas diarias y los sueños personales.  Me preció de haber tenido amigos así, aunque la mayoría han partido por la entropía natural.

Tener amigos no es un regalo, sino más bien un préstamo o fideicomiso.  Se necesita ser intencional y tomar riesgos para establecer amistades íntimas y duraderas.  Requiere un intercambio honesto, no ocultar la verdad, y estar presente cuando somos realmente necesarios.

El afecto en una amistad no es egoísta, ni hipócrita.  Creo como Oscar Wilde que el verdadero amigo "te apuñala de frente".   La verdad es un activo en la relación, se da y se recibe, no se esconde por temor a dañar o perder la amistad con alguien.  Requiere valentía, y una clara consciencia de quien es cada uno, por lo que se cimenta con el respeto mutuo.

Ciertamente, tras ese preámbulo, mucho preferirán la ruta menos fatigosa de contar con conocidos desleales, transaccionales, egoístas, cobardes e hipócritas.  Esos son los que abundan. Algunos incluso, cambiaran la narrativa aduciendo que su mejor amigo es Jesucristo, lo que cual es una excusa para ignorar el mandato bíblico de ser amigo.  Al y al cabo, terminaran sin amigos verdaderos y serán olvidados como el polvo en que se convertirán sin haber dejado huella o legado alguno.

Yo por mi parte seguiré extendiéndome hacia personas en derredor en busca de la genuina amistad aunque mientan y sean traicioneros - eso viene naturalmente con el territorio - hasta encontrar esa perla de gran precio que solo la amistad integra y fecunda representa.  Es un riesgo que siempre estoy presto a tomar, aunque cause heridas, dañe nuestras memorias e impacte nuestra jornada.

FRASE DE PODER
Hemos sido llamados a ser amigos para tener amigos

ESCRITURA
Proverbios 27:10 (NTV)
"Nunca abandones a un amigo, sea tuyo o de tu padre. Cuando ocurra la calamidad, no tendrás que pedirle ayuda a tu hermano. Mejor es recurrir a un vecino que a un hermano que vive lejos."

Por mis distintas facetas como escritor, crítico, coach y consultor tengo oportunidad diariamente de comunicarse con muchísimas personas de distinto trasfondo, género, cultural y nivel socioeconómico.  Pero, diferencias aparte, hay algo que casi todos tienen en común: su anhelo por afecto y genuina amistad.  Muchos de ellos no saben como cultivarla, ni lo sacrificial que puede tornarse para ser auténtica, pero diariamente intenta conectarse con los demás para compartir mutuamente sus alegrías, tristezas, éxitos y fracasos.  

Recuerde, no puede esperar que los demás sean sus amigos por su linda cara, posición o títulos.  La amistad es una semilla que se cultiva diariamente con sentido de servicio y vulnerabilidad.  Muchas veces no fructificara, pero eso no significa que no exista y que no la necesitemos como el aire que respiramos.  Jesús mismo declaró al final de su ministerio sobre ésta tierra, que las personas que lo seguían y en quienes había invertido tres años de su vida, ya no debían ser considerados "discípulos", sino "amigos".  Este rango superior de relación es a lo que todos podemos y debemos aspirar.

Su hermano en Cristo,

Juan Carlos Flores Zúñiga
FUNDACION LIDERINNOVA

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