Atadura Invisible

Maná del Líder
Lunes 20 de Enero, 2020
Al Servicio de la Comunidad Profesional y de Negocios


Cuenta una leyenda beduina sobre una caravana en el desierto que poco antes del atardecer debió detenerse para preparar el campamento donde iban a pasar la noche.  

Un muchacho que habían contratado para que atendiera a los camellos se acercó al jefe de la caravana poco después de detenerse y le dijo preocupado:
 - "Hay un problema, en total tengo que cuidar 18 camellos pero solo tengo 17 cuerdas para atarlos a las estacas."

- "No hay problema" – le contestó el jefe beduino – "los camellos no son muy listos. Ata los primeros 17 y luego te acercas al último y simulas atarlo a él también. Para entonces habrá visto a los otros camellos atados y detectado que vienes a hacerle lo mismo. Así se quedará quieto durante la noche creyendo que también él está amarrado."

Con diligencia el joven cuidador fue a hacer lo que le ordenaron pero incrédulo sobre lo que haría el camello sin cuerda. Al concluir su tarea notó que que el último camello se quedó tranquilo junto a los demás de su especie.


Por la mañana, el joven descubrió aliviado que el dromedario estaba en el mismo lugar que lo había dejado la noche anterior.  Procedió entonces a liberar a los 17 camellos que estaban atados porque debían partir en breve. 

Cuando la caravana se puso en marcha, el joven corrió presuroso donde su jefe gritando:
- "Alto, alto, uno de los camellos no nos está siguiendo".

- "¿Es el mismo camello al que simulaste atar anoche?"– preguntó el jefe con una sonrisa en los labios.

- "Sí ¿Cómo lo supo?"

- "Es obvio que esta mañana se te olvidó desatarlo".

- "Pero no está atado con ninguna cuerda".


- "Lo sé" – contestó pacientemente el jefe –, "pero el animal todavía piensa que está atado. Corre, simula soltarlo y verás que se pondrá en camino".


REFLEXIÓN

Sin importar nuestro amor por la naturaleza y sus criaturas, hay una diferencia
fundamental entre un animal y un ser humano, su capacidad intelectual para hacer preguntas y explorar respuestas.  Sin esa curiosidad plantada en nuestra alma por Dios cuando nos diseñó seríamos como el camello de la historia retenidos ataduras invisibles.

Dios nos dio un cerebro para desarrollarlo y usarlo. Si no fuera así ¿como podría ser racional nuestra decisión de creer en El y seguirlo? Por lo tanto, no debe extrañarlos que eminencias científicas como Newton, Curie, Galileo, Pascal, Mendel, Planck, Einstein, y Collins, entre otros, no solo hayan admitido la existencia de Dios, sino que profesaran abiertamente que el universo sin espiritualidad es vacío.

Muchos hemos estado atado a paradigmas paralizantes, donde se prohíbe pensar, o peor aun, tener un criterio divergente. La verdadera dictadura de pensamiento en nuestra época no se encuentra en nuestras creencias espirituales, sino en el oscurantismo intencionalmente organizado en universidades y asociaciones  profesionales que no admiten una narrativa diferente a la que unilateralmente inculcan a sus educandos y miembros so pena de impedirles graduarse o ejercer su profesión.

Nunca olvido a mis profesores "marxistas" que obligaban solo a usar una perspectiva dialéctica materialista para estudiar la realidad y desacreditaban burlonamente otras aproximaciones.

Vivimos en un mundo profundamente irracional, donde la luz es apagada por "camellos" atados a parálisis paradigmaticas por ligaduras invisibles que les impiden experimentar verdadera libertad.

Casi todos mis profesores a la vuelta de una década dejaron sus posturas marxistas y se volvieron aquello que decían odiar. ¿hipocresía? Tal vez, pero mas bien creo que cuando alguien toma la mente de un ser humano y la deshumaniza negándole su valor ante Dios y su derecho a reconocer el mundo espiritual, comete el peor de todos los abusos, condenar el futuro a vivir sin esperanza, amarrado a un poste por una atadura invisible.

FRASE DE PODER
La ciencia sin religión es débil, la religión sin ciencia es ciega (Albert Einstein).

ESCRITURA:
Job 38:16 (NTV)
"¿Quién da la intuición al corazón y el instinto a la mente?"

Al iniciar esta nueva semana, tenemos al menos dos elecciones: podemos aceptar ciegamente todo lo que el mundo repite o empezar a hacer poderosas preguntas llenas de curiosidad. Dios no teme a nuestras preguntas, y más bien las estimula. Nos ofrece conocimiento, inteligencia y sabiduría si estamos dispuestos a escuchar atentamente y a hacer preguntas honestas.
Como siempre la decisión está en tus manos. Elije sabiamente y no seas como el camello de la historia.

Hasta la próxima,

Juan Carlos Flores Zúñiga

Comentarios

Entradas más populares de este blog

La Oración del Naufrago

Recuerda a Quien Sirves

Tentación que mata