Parsimonia
Maná del Líder
Lunes 31 de julio, 2023
Al servicio de la comunidad profesional y de negocios
PARSIMONIA
Un caballo estaba amarrado y se jaloneaba para soltarse, y vino un demonio y lo soltó.
El caballo corrió con prisa y se metió a la finca de unos campesinos y comenzó a comerse la siembra. Al verlo el dueño de la finca tomó su rifle y mató al caballo.
Entonces el dueño del caballo tomó su rifle, y mató a dueño de la finca. La mujer del dueño de la finca, que presenciaba todo, fue y tomó un arma de la casa y mató al dueño del caballo.
Entonces el hijo del dueño del caballo, mató a la esposa del campesino.
Los vecinos enardecidos, mataron al muchacho y quemaron su casa poniendo fin a la cadena de estos hechos lamentables que expusieron la maldad que moraba entre la comunidad.
Tratando de encontrar una explicación le preguntaron al demonio:
- "¿Porque hiciste a todos eso?"
El demonio se limitó a responder serenamente:
-"... yo solo solté al caballo".
REFLEXIÓN
Tenemos una imagen estrecha y distorsionada por tradiciones humanas sobre lo que es el mal y su origen. Vestimos la maldad de complejas explicaciones intelectuales, emocionales y hasta espirituales desconociendo quién es realmente nuestro adversario y qué puede hacer para robar, matar y destruir.
Tanto en el mundo espiritual como en la ciencia opera un expresión llena de sabiduría para discernir cuál es la explicación más apropiada y práctica para investigar y explicar nuestros conflictos y desafíos, se llama parsimonia.
Se trata de la preferencia por la explicación más simple entre varias alternativas, que es un principio heurístico típico de la ciencia moderna
En el mundo científico, la parsimonia se conoce como "la navaja de Ockham" debido al fraile franciscano del siglo XIV, William Ockham, que explicó que en la naturaleza lo simple triunfa siempre ante lo complejo y partiendo de este axioma planteaba que para encontrar la explicación de un fenómeno hay que limitar al máximo el número de suposiciones, quedándonos solo con las más plausibles y sencillas. En otras palabras, entre varias explicaciones o soluciones a un mismo problema, la más simple suele ser la mejor.
Nuestro adversario en este mundo, no solo las otras personas, sino el mal que emparentamos con Satanás como padre de maldad. Él no necesita presentarse en medio del fuego, vestido de rojo, con un rabo de dragón y un tridente para inducirnos a pecar. De hecho la mayoría de la gente ante semejante espectáculo diabólico huiría y dejaría de hacer el mal.
Nuestro adversario hace cosas simples, por que sabe que igual que la bondad de Dios la maldad ha sido sembrada en nuestras almas desde tiempo inmemorial, y solo necesitamos que se aprieten los "botones" o "disparadores" necesarios para hacernos reaccionar, no actuar, ante los estímulos del entorno.
Dios sabe que estamos lejos de la perfección y sin embargo, envió a su hijo, Jesús, a morir por TODOS en la cruz y resucitar por TODOS para reestablecer el camino a Su presencia. El no cruzó el cosmos para que nos perdamos, o cedamos a las simplezas de nuestro adversario, sino para que tengamos opción entre reaccionar (defensividad, destrucción) y actuar (hacer un alto, meditar, y construir).
Al final del día todos los personajes de la historia, aparentemente ficticia, tuvieron la misma oportunidad que usted y yo, elegir libremente la senda a transitar. Nuestra vida está plagada de decisiones, si no actuamos, alguien más lo hará por nosotros y los resultados serán trágicos.
FRASE DE PODER
Todos, sin excepción, tenemos la elección diaria de reaccionar o actuar
ESCRITURA
Juan 10:10 (NTV)
“El propósito del ladrón es robar y matar y destruir; mi propósito es darles una vida plena y abundante.”
Cada mañana nos confronta con la decisión entre reaccionar o actuar. No tenemos derecho a culpar a nadie, ni siquiera a Satanás, por nuestro proceder. Hemos sido advertidos, por lo que "el que sabe hacer lo bueno y no lo hace le es pecado".
Lunes 31 de julio, 2023
Al servicio de la comunidad profesional y de negocios
PARSIMONIA
Un caballo estaba amarrado y se jaloneaba para soltarse, y vino un demonio y lo soltó.
El caballo corrió con prisa y se metió a la finca de unos campesinos y comenzó a comerse la siembra. Al verlo el dueño de la finca tomó su rifle y mató al caballo.
Entonces el dueño del caballo tomó su rifle, y mató a dueño de la finca. La mujer del dueño de la finca, que presenciaba todo, fue y tomó un arma de la casa y mató al dueño del caballo.
Entonces el hijo del dueño del caballo, mató a la esposa del campesino.
Los vecinos enardecidos, mataron al muchacho y quemaron su casa poniendo fin a la cadena de estos hechos lamentables que expusieron la maldad que moraba entre la comunidad.
Tratando de encontrar una explicación le preguntaron al demonio:
- "¿Porque hiciste a todos eso?"
El demonio se limitó a responder serenamente:
-"... yo solo solté al caballo".
REFLEXIÓN
Tenemos una imagen estrecha y distorsionada por tradiciones humanas sobre lo que es el mal y su origen. Vestimos la maldad de complejas explicaciones intelectuales, emocionales y hasta espirituales desconociendo quién es realmente nuestro adversario y qué puede hacer para robar, matar y destruir.
Tanto en el mundo espiritual como en la ciencia opera un expresión llena de sabiduría para discernir cuál es la explicación más apropiada y práctica para investigar y explicar nuestros conflictos y desafíos, se llama parsimonia.
Se trata de la preferencia por la explicación más simple entre varias alternativas, que es un principio heurístico típico de la ciencia moderna
En el mundo científico, la parsimonia se conoce como "la navaja de Ockham" debido al fraile franciscano del siglo XIV, William Ockham, que explicó que en la naturaleza lo simple triunfa siempre ante lo complejo y partiendo de este axioma planteaba que para encontrar la explicación de un fenómeno hay que limitar al máximo el número de suposiciones, quedándonos solo con las más plausibles y sencillas. En otras palabras, entre varias explicaciones o soluciones a un mismo problema, la más simple suele ser la mejor.
Nuestro adversario en este mundo, no solo las otras personas, sino el mal que emparentamos con Satanás como padre de maldad. Él no necesita presentarse en medio del fuego, vestido de rojo, con un rabo de dragón y un tridente para inducirnos a pecar. De hecho la mayoría de la gente ante semejante espectáculo diabólico huiría y dejaría de hacer el mal.
Nuestro adversario hace cosas simples, por que sabe que igual que la bondad de Dios la maldad ha sido sembrada en nuestras almas desde tiempo inmemorial, y solo necesitamos que se aprieten los "botones" o "disparadores" necesarios para hacernos reaccionar, no actuar, ante los estímulos del entorno.
Dios sabe que estamos lejos de la perfección y sin embargo, envió a su hijo, Jesús, a morir por TODOS en la cruz y resucitar por TODOS para reestablecer el camino a Su presencia. El no cruzó el cosmos para que nos perdamos, o cedamos a las simplezas de nuestro adversario, sino para que tengamos opción entre reaccionar (defensividad, destrucción) y actuar (hacer un alto, meditar, y construir).
Al final del día todos los personajes de la historia, aparentemente ficticia, tuvieron la misma oportunidad que usted y yo, elegir libremente la senda a transitar. Nuestra vida está plagada de decisiones, si no actuamos, alguien más lo hará por nosotros y los resultados serán trágicos.
FRASE DE PODER
Todos, sin excepción, tenemos la elección diaria de reaccionar o actuar
ESCRITURA
Juan 10:10 (NTV)
“El propósito del ladrón es robar y matar y destruir; mi propósito es darles una vida plena y abundante.”
Cada mañana nos confronta con la decisión entre reaccionar o actuar. No tenemos derecho a culpar a nadie, ni siquiera a Satanás, por nuestro proceder. Hemos sido advertidos, por lo que "el que sabe hacer lo bueno y no lo hace le es pecado".
Es hora de mirarnos en el espejo de nuestra vida y asumir responsabilidad por nuestras decisiones. El adversario acecha, pero tenemos las armas para vivir una vida plena, saludable y productiva en Cristo Jesús.
Hasta la próxima
Juan Carlos Flores Zúñiga
FUNDACIÓN LIDERINNOVA
Hasta la próxima
Juan Carlos Flores Zúñiga
FUNDACIÓN LIDERINNOVA
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