Cicatrices del alma

Maná del Líder
Lunes 17 de febrero, 2025
Al Servicio de la Comunidad Profesional y de Negocios

CICATRICES DEL ALMA

En un día caluroso de verano en el sur de la Florida, un niño decidió ir a nadar en la laguna detrás de su casa. Salió corriendo por la puerta trasera, se tiró al agua y nadaba feliz. Su mamá desde la casa lo miraba por la ventana y vio con horror lo que sucedía. Enseguida corrió hacia su hijo gritándole lo más fuerte que podía.

Oyéndole el niño se alarmó y empezar a nadar hacia su mamá. Pero fue demasiado tarde. Desde el muelle la mamá agarró al niño por sus brazos, justo cuando el caimán negro le agarraba sus piernitas. La mujer jalaba determinada, con toda la fuerza de su corazón. El cocodrilo era más fuerte, pero la mamá era mucho más apasionada y su amor no la abandonaba.

Un señor que escuchó los gritos se apresuró hacia el lugar con una pistola y mató al cocodrilo. El niño sobrevivió y aunque sus piernas sufrieron bastante, aún pudo llegar a caminar. Cuando salió del trauma, un periodista le pregunto al niño el hospital si le quería enseñar las cicatrices de sus piernas.

El niño levantó la colcha y se las mostró. Pero entonces, con gran orgullo se remango las mangas y dijo:”Pero las que usted debe ver son estas”. Eran las marcas de las uñas de su mamá que habían presionando con fuerza. “Las tengo porque mamá no me soltó y me salvó la vida”.


REFLEXIÓN

Todos tenemos cicatrices del pasado. No obstante, la vida nos hiere a menudo. El recuerdo es a menudo doloroso por lo que optamos por negarlo o evadirlo. Pensamos que si lo olvidamos en el pasado desaparecerá. Pocas veces nos sentimos orgullosos de nuestras heridas o dolor.

Algunas de nuestras heridas son causadas por nuestros pecados, pero otras son pruebas de que Dios nos ha sostenido con fuerzo para que no perezcamos, y podamos a su tiempo dar testimonio a otros de que El existe y nos ama incondicionalmente.

Las heridas nos ayudan a madurar si sabemos enfrentarlas y aprender de ellas. No sé en su caso pero al menos en el mío cada herida ha dejado huella pero ésta antes que paralizarme como a una víctima, me ha servido para aprender de mis errores, mis relaciones, y mi llamado. Tengo cicatrices que mostrar porque Dios agarró mis brazos para sacarme del fango, de la oscuridad y mis más profundos temores.

Recuerdo como hace más de dos mil años, Jesús mismo fue herido por mis transgresiones y pecados y derramo hasta la última gota de su sangre en la cruz para que personas como tú y como yo tuviéramos esperanza y una vida nueva y eterna con El.

FRASE DE PODER
Las cicatrices del alma te acercan a Dios

ESCRITURA
Isaías 53:5 (LBLA)
“Mas Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre El, y por sus heridas hemos sido sanados”

Hoy tienes ante un ti un sencillo desafío de implicaciones eternas. Vive agradecido por todo con Dios, aun por las heridas que recibes, y no olvides que si haz sentido el dolor de las heridas en tu alma, es porque Dios existe y te ha agarrado muy fuerte para que no seas devorados, para que no perezcas. El ha sanado tus heridas de ayer, hoy y siempre.

Hasta el próximo lunes

Juan Carlos Flores Zúñiga
FUNDACIÓN LIDERINNOVA

Comentarios

Arturo Robles Veliz dijo…
Amen. Dios es quien llama, Dios es quien escoge y Dios es quien da dones. Que el Señor siga usándolo cada dia en gran manera.
Arturo Robles Veliz

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