El Nuevo Pastor

Maná del Líder
Lunes 3 de Junio, 2019
Al Servicio de la Comunidad Profesional y de Negocios


El nuevo pastor estuvo parado en la puerta a la salida del culto dominical de la Iglesia, despidiéndose de los miembros después del servicio de adoración.

La mayoría de la gente era muy generosa en comunicar al pastor sus sentimientos en cuanto al mensaje que había compartido esa mañana.

Todos, menos un hombre que le dijo, 
-"Ese fue un mensaje muy aburrido, pastor"

Pocos minutos después, regresó el mismo hombre a la fila de quienes se despedían del pastor y le dijo, -"No creo que haya pasado mucho tiempo preparando ese mensaje, pastor."

Por tercera vez apareció el mismo hombre en la fila, pero esta vez con una voz molesta declaró ,- "Pues esta vez lo hiciste bien mal pastor. La verdad es que no tenía absolutamente nada que decir en su mensaje".

Finalmente, el nuevo pastor no pudo aguantarlo más y fue a preguntar a un diácono acerca de quien era ese hombre.

-"No se preocupe por él", dijo el diácono. "Él es muy lento y la única cosa que hace es andar repitiendo todo lo que escucha de los demás".


REFLEXIÓN

No se usted, pero en mi nueva vida como seguidor de Cristo, que inicie hace quince años, me ha tocado oír y escuchar presencialmente más de mil doscientos sermones, y mediante videos, cds de audio y mp3, unos trescientos cincuenta más aproximadamente. De ellos, he enseñado en varios cientos de servicios de fin de semana, sesiones de coaching en liderazgo y equipamiento a pastores y líderes en general.

Cada fin de semana, millones de seguidores de Cristo escuchan miles de sermones alrededor del mundo, e independientemente de su madurez espiritual casi todos han experimentado tres efectos:
  1. Fatiga o caída en el nivel de atención tras 20 minutos de escuchar un sermón
  2. Retención menor al 95% del contenido recibido después de 72 horas
  3. Cero aplicación sino hacen algo de lo aprendido después de tres días de haberlo escuchado.
Sin importar, cuan dotado por Dios sea un pastor o maestro para predicar y/o enseñar, o cuantas ilustraciones use, o relevante sea su mensaje a la audiencia contemporánea, la mayoría de las personas experimentará uno o todos los efectos citados.

Aunque suene para algunos fundamentalistas como herejía, un sermón sin importar cuan bien comunicado sea no cambia a las personas.

El problema no es con la Palabra de Dios que nunca regresará vacía cuando sea compartida conforme al propósito de Dios, sino más bien con la realidad de que la mayoría de los seres humanos aprendemos según patrones de pensamiento y comunicación diferentes.

Cerca de un 40% de las personas son visuales, un 30% son auditivas y el 30% restante son táctiles. Como si fuera poco entre el 7 y 13% de la comunicación es verbal, el resto es no verbal (tono, volumen, uso del espacio, expresión corporal, etc)

Esto quiere decir que los primeros aprenden apelando a los aspectos visuales, por ejemplo excelentes presentaciones en video, fotografías y power points, o dramas, mientras los segundos operaran con música, palabras bien comunicadas, y los terceros aprenderán primordialmente tomando notas, escribiendo o llenando un bosquejo.

Dios nos hizo diferentes, y la enseñanza o la predicación deben reconocer estas diferencias, así como las distintas necesidades. La iglesia local no es un lugar homogéneo, sino heterogéneo. Dios ama la diferencia. Hay diferencias de edad, trasfondo, género, educación, nivel socioecónomico y hasta cultura.

Por otra parte, la mayoría de las personas aprendemos y crecemos conforme al principio 10-10-80, esto es que la mayoría de las personas aprenderán y crecerán espiritualmente solo a través de la relación dinámica de un grupo pequeño. El sermón tiende a ser unidireccional, no sirve el propósito de hacer preguntas, de profundizar ni tampoco crear relaciones.

El verdadero crecimiento viene en las relaciones que establecemos y el grupo pequeño es el lugar idóneo para crecer auténticamente. Como el feligrés de la historia, que repetía todo lo que los demás decían, nosotros no podemos esperar una transformación en nuestra vidas solo escuchando un sermón. Para ser libre necesitamos a otros mas maduros a nuestro lado que caminen cerca.

FRASE DE PODER
Para aprender y crecer necesitas relaciones cercanas con otros creyentes

ESCRITURA
Eclesiástes 4:9-10 (LBLA)
"Más valen dos que uno solo, pues tienen mejor remuneración por su trabajo. Porque si uno de ellos cae, el otro levantará a su compañero; pero ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo levante!".

Hay muchas personas que hemos creído que podemos crecer espiritualmente solo leyendo la palabra de Dios o escuchando sermones. Casi nadie ha logrado crecimiento profundo por esa ruta, a menos que queramos ser solo religiosos.

Jesús no vino para fundar una religión sino para ser puente que restableciera la relación con Dios Padre para todos. Tu y yo necesitamos gente madura con quien relacionarnos para crecer conforme al plan y al propósito de Dios. Una iglesia para congregarnos y pertenecer a la familia de Dios y un grupo pequeños para crecer viviendo los propósitos de Dios.

Oro para que el próximo domingo vaya mas allá del sermón

Juan Carlos Flores Zuñiga

Comentarios

Gonzalo Chacon dijo…
Excelente mana.Así es, que no nos convirtamos en LOBOS ESTEPARIOS
Igor Bencomo dijo…
Juan Carlos

La paz del Señor sea contigo, hermano

Este mensaje tuyo esta diferente y profundo, y hay que leerlo con detenimiento

Muchas bendiciones,
Igor
Armando Zuñiga dijo…
Muchas gracias por compartir esto, estoy de acuerdo que necesitamos aprender en comunidad. Pondré mas atención en cuanto a mi preparación de mensajes y animare a la congregación a encontrar un grupo apropiado en la iglesia para ellos.



Bendiciones

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