Todo se devuelve
Lunes 5 de setiembre, 2022
Al Servicio de la Comunidad Profesional y de Negocios
TODO SE DEVUELVE
Su apellido era Fleming, y era un granjero escocés pobre. Un día, mientras intentaba ganarse la vida para su familia, oyó un lamento pidiendo ayuda que provenía de un pantano cercano.
Dejó caer sus herramientas y corrió al pantano. Allí, encontró hasta la cintura en el estiércol húmedo y negro a un muchacho aterrado, gritando y esforzándose por liberarse.
El granjero Fleming salvó al muchacho de lo que podría ser una lenta y espantosa muerte. Al día siguiente, llegó un carruaje elegante a la granja. Un noble, elegantemente vestido, salió y se presentó como el padre del muchacho al que el granjero Fleming había ayudado.
"Yo quiero recompensarlo", dijo el noble. "Usted salvó la vida de mi hijo".
“No,- yo no puedo aceptar un pago por lo que hice",- contestó el granjero escocés.-
En ese momento, el hijo del granjero vino a la puerta de la cabaña.
"¿Es su hijo?" preguntó el noble.
"Sí", contestó el granjero orgullosamente.
"Le propongo un trato. Permítame proporcionarle a su hijo el mismo nivel de educación que mi hijo disfrutará. Si el muchacho se parece a su padre, no dudo que crecerá hasta convertirse en el hombre del que nosotros dos estaremos orgullosos".Y el granjero aceptó.
El hijo del granjero Fleming estudió en varias escuelas antes de poder acceder a los estudios superiores. Sirvió en el ejército y en una oficina de aduanas al tiempo que estudiaba en un Politécnico.
Tras recibir la herencia de un tío suyo pudo sufragar los costos de los estudios en la Escuela Médica del St. Mary's Hospital en Londres donde se sobresalió, graduó con honores y desarrollo parte de su carrera como médico y profesor.
Aunque fue ampliamente conocido como investigador en medicina se dió a conocer en el mundo como el descubridor de la Penicilina, Dr. Alexander Fleming. Su descubrimiento le permitió recibir junto a dos investigadores que perfeccionaron sus estudios recibir el premio Nobel de Medicina en 1945.
REFLEXIÓN
En un mundo donde las relaciones se definen mejor como transacciones de poder, prestigio, dinero, intimidad y afecto, cuesta convivir con la noción de amor desinteresado, generosidad y auxilio al prójimo. Hasta las leyes de los países fomentan el individualismo egoísta aceptando como lícito que un conductor ebrio o negligente abandone la escena del crimen tras atropellar un ser humano.
Celebramos como "astuto" a aquel que escapa el orden moral y hasta legal para hacer de las suyas y consideramos tonto o estúpido al que enfrentar sus obligaciones con transparencia en cualquier lugar. La palabra idealista es menospreciada como nada práctica.
Pero la historia una y otra vez nos demuestra que el verdadero valor del ser humano no está en la ausencia de temor, su inteligencia o habilidades, sino en su carácter moral. No hablo de religión aquí, sino del sentido de justicia, es decir de hacer siempre lo correcto, sin importar mi propia conveniencia. Mi carácter se perfecciona en las pruebas, en las crisis. A menudo este proceso empieza con pequeñas dificultades donde eliges entre el camino fácil y amplio, y el camino angosto y difícil.
¿Que tal si el granjero escoges hubiera desoído el pedido de auxilio? ¿Cuántas veces escuchamos pedidos de auxilio y somos a menudo los únicos disponibles pero decimos No? Lo que siembras recogerás, si siembras generosamente y con bondad, con amor hacia el prójimo recogerás un fruto apacible y abundante que trae paz y propósito a tu vida y a los tuyos.
FRASE DE PODER
Lo que se siembra se recoge tarde o temprano
ESCRITURA
Proverbios 11:18b (LBLA)
"...el que siembra justicia recibe verdadera recompensa."
Tal vez imaginas que los actos incondicionales de amor al prójimo deben ser enormes para que pruebes tu carácter. En realidad todo empieza con pequeños pasos en la dirección correcta. Cuando eres fiel en lo poco, Dios te pondrá en lo mucho. Tu carácter es lo único de valor eterno en ti, todo lo demás es pasajero. Así que ¿Por que no empieza hoy a actuar amorosamente sin que te lo pidan?
Oro para que tomes una decisión sabia ahora.
Juan Carlos Flores Zúñiga
FUNDACION LIDERINNOVA
Comentarios