Celos
Lunes 11 de diciembre, 2023
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CELOS
El novelista y dramaturgo irlandés Samuel Beckett (1906-1989) autor de “Esperando a Godot”, entre otras obras, recibió mucho reconocimiento por su obra en vida –pero no todos disfrutaban sus logros.
De hecho en su matrimonio Beckett vivía amargado por el celo que sentía su esposa por su creciente fama y éxito como escritor, a pesar de que ella fue un factor decisivo en su reconocimiento como autor.
Beckett había sido infiel a su esposa en varias oportunidades aunque nunca se separaron desde que la conoció en Francia. Ella se sacrificó por su carrera muchas veces trabajando mientras él escribía y promoviendo sus obras de editor en editor donde recibió muchos rechazos.
Un día en 1969 su esposa Suzanne atendió el teléfono, escuchó por un momento, habló brevemente y colgó. Entonces se volvió a Beckett y con una mirada afligida susurró, - "¡Es una castástrofe!"
¿Fue una devastadora tragedia personal? No, le acababan de informar por la vía telefónica que Beckett acababa de ser premiado con el Premio Nobel de Literatura.
Para no airar más a su esposa, y por personalidad, Beckett decidió respetar los deseos de su esposa y no se presentó en Oslo a recibir el galardón. En cuanto al premio de unos USD $ 72.200 en aquella época lo distribuyó entre artistas que no habían sido tan afortunados.
Para no airar más a su esposa, y por personalidad, Beckett decidió respetar los deseos de su esposa y no se presentó en Oslo a recibir el galardón. En cuanto al premio de unos USD $ 72.200 en aquella época lo distribuyó entre artistas que no habían sido tan afortunados.
REFLEXIÓN
Hay una diferencia fundamental entre los celos y la envidia. La envidia es querer algo que pertenece a otra persona. La escritura dice claramente “No codicies la casa de tu prójimo: No codicies su esposa, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su burro, ni nada que le pertenezca” (Éxodo 20:17 NVI)
A modo de contraste, los celos son el temor de que algo que poseemos sea tomado o llevado lejos por otra persona. Aunque los celos pueden aplicarse a nuestros trabajos, nuestras posesiones, nuestras reputaciones, la palabra más a menudo se refiere a la ansiedad causada por el temor de que alguien a quien amamos se alejen por la acción de un rival. Tememos que nuestro cónyuge, o tal vez nuestros hijos, sean alejados por alguien que cuando nos comparamos con el, parece mas atractivo, capaz y exitoso.
No obstante, Benjamín Franklin escribió “Lo que esta en los ojos de los demás nos arruina. Si fuera ciego, no querría ni una casa elegante ni muebles finos”.
Una señal de celos es cuando nos resulta más fácil mostrar simpatía y “llorar con los que lloran” que mostrar gozo y “alegrarnos con aquellos que están alegres”.
En la vida secular y cristiana he encontrado esta paradoja una y otra vez. Los celos no distinguen entre ovejas y pastores, subordinados y jefes, padres e hijos. Solo la madurez espiritual y la sanidad interior continua pueden hacer la diferencia. Solo una persona seguirá de si misma, de quien es en Dios, puede amar y alegrarse por los éxitos, gracia y sabiduría que florece en otros.
FRASE DE PODER
Nada muestra mejor nuestros temores y carencias que los celos
ESCRITURA
Proverbios 27:4 (LBLA)
"Cruel es el furor e inundación la ira; pero ¿quién se mantendrá ante los celos?”
Hay una diferencia fundamental entre los celos y la envidia. La envidia es querer algo que pertenece a otra persona. La escritura dice claramente “No codicies la casa de tu prójimo: No codicies su esposa, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su burro, ni nada que le pertenezca” (Éxodo 20:17 NVI)
A modo de contraste, los celos son el temor de que algo que poseemos sea tomado o llevado lejos por otra persona. Aunque los celos pueden aplicarse a nuestros trabajos, nuestras posesiones, nuestras reputaciones, la palabra más a menudo se refiere a la ansiedad causada por el temor de que alguien a quien amamos se alejen por la acción de un rival. Tememos que nuestro cónyuge, o tal vez nuestros hijos, sean alejados por alguien que cuando nos comparamos con el, parece mas atractivo, capaz y exitoso.
No obstante, Benjamín Franklin escribió “Lo que esta en los ojos de los demás nos arruina. Si fuera ciego, no querría ni una casa elegante ni muebles finos”.
Una señal de celos es cuando nos resulta más fácil mostrar simpatía y “llorar con los que lloran” que mostrar gozo y “alegrarnos con aquellos que están alegres”.
En la vida secular y cristiana he encontrado esta paradoja una y otra vez. Los celos no distinguen entre ovejas y pastores, subordinados y jefes, padres e hijos. Solo la madurez espiritual y la sanidad interior continua pueden hacer la diferencia. Solo una persona seguirá de si misma, de quien es en Dios, puede amar y alegrarse por los éxitos, gracia y sabiduría que florece en otros.
FRASE DE PODER
Nada muestra mejor nuestros temores y carencias que los celos
ESCRITURA
Proverbios 27:4 (LBLA)
"Cruel es el furor e inundación la ira; pero ¿quién se mantendrá ante los celos?”
En
esta nueva semana, mantengamos a raya nuestros celos. Tomemos
conciencia de lo que muestran de nosotros y que no podemos pretender
amar y a la vez estar celoso, o servir a otros cuando sufren y no
podemos acompañarlos cuando experimentan gracia y buen éxito. Es tiempo
de madurar, y ello empieza por entregar nuestras carencias y complejos a
Dios, caminando y creyendo que El hará paso a paso del camino.
Su hermano en Cristo
Juan Carlos Flores Zúñiga
FUNDACIÓN LIDERINNOVA
Su hermano en Cristo
Juan Carlos Flores Zúñiga
FUNDACIÓN LIDERINNOVA
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