El precio de un milagro

Maná del Líder
Lunes 18 de diciembre, 2023
Servicio para la Comunidad Profesional y de Negocios


Era una niña precoz de 8 años. Un día escuchó a su madre y a su padre hablar acerca de su hermanito Andrés. Ella solo sabía que su hermano estaba muy enfermo y que su familia no tenía dinero. Planeaban mudarse para un complejo de apartamentos el siguiente mes porque su padre no tenía el dinero para las facturas médicas y la hipoteca.

Solo una operación costosísima podría salvar a Andrés. Escuchó que su padre estaba gestionando un préstamo pero no lo conseguía. Escuchó a su padre murmurarle a su madre, quien tenia los ojos llenos de lágrimas, "Solo un milagro puede salvarlo".


Tess fue a su cuarto y sacó un frasco de jalea que mantenía escondido en el closet. Vació todo su contenido en el suelo y lo contó cuidadosamente. Lo contó una segunda vez y una tercera. La cantidad tenía que ser perfecta. No había margen para errores. Luego colocó todas las monedas en el frasco nuevamente, lo tapó y se escabulló por la puerta trasera y caminó 6 bloques hasta la farmacia que tenía el jefe indio color rojo en el marco de la puerta. Esperó pacientemente su turno. El farmacéutico parecía muy ocupado al momento y no le prestaba atención.

Tess movió su pie haciendo un ruido. Nada. Se aclaró la garganta con el peor sonido que pudo producir. Nada. Finalmente, sacó una moneda del frasco y golpeó el "mostrador".
-"¿Qué deseas?", le preguntó el farmacéutico en un tono bastante desagradable. Y le dijo sin esperar respuesta:
-"Estoy hablando con mi hermano que acaba de llegar de Chicago y que no he visto en años.
-"Bueno, yo quiero hablarle acerca de mi hermano" le contestó Tess en el mismo tono que usara el farmacéutico. "Está muy enfermo y quiero comprar un milagro".
-"¿Qué dices?" dijo el farmacéutico.
-"Su nombre es Andrés y tiene algo creciéndole dentro de la cabeza y mi padre dice que solo un milagro lo puede salvar. Así que, ¿cuánto cuesta un milagro?
-"Aquí no vendemos milagros, pequeña. Lo siento pero no te puedo ayudar" le contestó el farmacéutico; ahora en un tono más dulce.
-"Mire, yo tengo el dinero para pagarlo. Si no es suficiente, conseguiré el resto. Solo dígame cuanto cuesta.

El hermano del farmacéutico era un hombre elegante. Se inclinó y le preguntó a la niña:
-"¿Qué clase de milagro necesita tu hermanito?
-"No lo se" contestó Tess con los ojos a punto de explotar. "Solo se que está bien enfermo y mi mamí dice que necesita una operación. Pero mi papá no puede pagarla, así que yo quiero usar mi dinero".
-"¿Cuánto dinero tienes?" le preguntó el hombre de Chicago.
-"Un dólar con once centavos" contestó Tess en una voz que casi no se entendió.
"Es todo el dinero que tengo pero puedo conseguir más si lo necesita".
-"Pues que coincidencia" dijo el hombre sonriendo. "Un dólar con once centavos, es justo el precio de un milagro para hermanos menores".

Tomó el dinero en una mano y con la otra cogió a la niña del brazo y le dijo;
-"Llévame a tu casa. Quiero ver a tu hermano y conocer a tus padres. Veamos si yo tengo el milagro que tu necesitas".

Ese hombre de buena apariencia era el Dr. Carlton Armstrong, un cirujano especialista en neurocirugía. La operación se efectuó sin cargos y en poco tiempo Andrés estaba de regreso a casa y en buena salud. Los padres de Tess hablaban felices de las circunstancias que llevaron a este doctor hasta su puerta.

-"Esa cirugía" dijo la madre, "fue un verdadero milagro. Me pregunto cuanto habría costado".
Tess sonrió. Ella sabía exactamente cuanto costaba un milagro, un dólar con once centavos más la fe de una pequeña.


REFLEXIÓN

Sabe cuando oramos principalmente, cuando tenemos una necesidad que no podemos satisfacer en nuestras propias fuerzas y talentos. La principal causa de oración es por milagros financieros, y luego de salud. Usted sabe que sin salud, de nada sirve un milagro financiero.

El problema es que cuando estamos "bien", libres de preocupaciones financieras y de salud, principalmente, no tenemos tiempo para orar por un milagro, especialmente si es en favor de otra persona que lo necesita. He aprendido con los años, que los milagros siguen ocurriendo diariamente, que Dios no se olvida de los que hablan con el, le aman y le siguen - eso es la verdadera oración- y que favorece los milagros que se piden en favor de otros que amamos o conocemos.

El principio es creer con un alma de niño, porque al que cree todo le es posible, pero nuestros conocimientos y experiencias que confundimos con madurez, tuercen nuestra fe, y nos hacen creer en nuestras dudas, y dudar de nuestras creencias. Necesitamos la fe de un niño, para ver nuevamente los milagros diarios, para mirar con agradecimiento al cielo, a un Dios que nos ama sin condiciones.

FRASE DE PODER
Un milagro no es la suspensión de la ley natural, sino la operación de una ley más alta.

ESCRITURA
Marcos 9:39 (LBLA)
"Jesús dijo: No se lo impidáis, porque no hay nadie que haga un milagro en mi nombre, y que pueda enseguida hablar mal de mí."

Dios esta dispuesto a usarte para que se cumplan los milagros que anhelas por encima de todo egoismo y mezquindad. Alza tus manos al cielo, cierra tus ojos, y dile "Aqui estoy, perdoname por mis iniquidades y pecados, y escucha mi oración. Pero en todo haz tu perfecta voluntad"

Oro para que puedas ver el milagro que tu mismo eres

Juan Carlos Flores Zúñiga

FUNDACION LIDERINNOVA

Comentarios

Rudis Diaz dijo…
Muy linda reflexión me llena de fé para orar para que Dios haga milagros en mi vida y en la de mi familia muchas bendiciones.

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