Aprender a escuchar
Lunes 10 de Abril, 2023
Al Servicio de la Comunidad Profesional y de Negocios
APRENDER A ESCUCHAR
Las llamadas a medianoche pueden conmover el corazón de cualquier madre. Muchos de nosotros sabemos lo que es recibir una llamada a la mitad de la noche. Esta noche no fue distinta. Esta madre despertó sobresaltada debido al timbre del teléfono. Enfocó los ojos para ver el despertador. Era medianoche.
'Un pensamiento de pánico corría por su mente todavía medio dormida. Cogió el teléfono y preguntó:
-¿Diga? Su corazón latía con mucha fuerza, cogió con fuerza el auricular y miro a su marido, quien se estaba volviendo para mirarla.
-¿Mamá? – contestó la voz. Casi no podía oírla, debido a las interferencias. Pero sus pensamientos fueron enseguida a su hija. Cuando la voz desesperada se hizo más clara, tomo la mano de su marido y la apretó con fuerza.
- Mamá sé que es tarde. Pero no digas nada hasta que termine. Y antes de que me lo preguntes, sí, he estado bebiendo. Casi me salí de la carretera y…La madre respiro hondo y soltó la muñeca de su marido para apretarse la frente. El sueño todavía le nublaba la mente, e intentaba luchar contra el pánico. Algo no estaba bien.
- Me asuste tanto. Lo único que pensaba es lo mucho que te dolería si un policía fuera a tu puerta y te dijera que me había muerto. Yo quiero…volver a casa. Sé que escaparme de casa, estuvo mal. Sé que han estado preocupados por mí. Debí llamarte hace días pero tuve miedo…mucho miedo…Sollozos de profunda emoción pasaron por el teléfono y llegaron al corazón de la madre. Inmediatamente pudo ver la cara de su hija en su mente y sus sentidos nublados se aclararon.
- Yo creo… ¡No, por favor déjame acabar! ¡Por favor! – ella rogo, no con enfado, sino con desesperación. Pare e intente pensar en lo que podría decir. Pero antes de que pudiera seguir, ella continuo:
- Estoy embarazada, Mama. Sé que no debería estar bebiendo en mi estado, mama. ¡Estoy tan asustada! La voz empezó otra vez y la madre tuvo que morderse los labios, sintiendo sus propios ojos humedecerse. Miro a su marido, que estaba sentado a su lado, intentando preguntarme quien era. Cuando no le contesto, se levanto a coger el otro teléfono.
Ella, debió de oír el clic del otro teléfono, porque me preguntó: - ¿Sigues allí? ¡Por favor no me cuelgues! Te necesito. Me siento tan sola.
Ella, debió de oír el clic del otro teléfono, porque me preguntó: - ¿Sigues allí? ¡Por favor no me cuelgues! Te necesito. Me siento tan sola.
La madre cogió el teléfono con más fuerza y le dijo: "Sigo aquí, no te colgaría". Y continuó:
- Debí habértelo dicho. Sé que tenía que habértelo dicho. Pero cuando hablamos, tu no paras de decirme lo que tengo que hacer. Lo único que haces es hablar. No me escuchas. Nunca me dejas decirte lo que yo siento. Es como si mis sentimientos no fueran importantes. Como eres mi madre crees que tienes todas las respuestas. Pero a veces no necesito respuestas. Solo necesito que alguien me escuche. La madre se trago el nudo que tenía en la garganta
-Te estoy escuchando – le susurro.
-Sabes, allí atrás en la carretera, después de volver de controlar el auto, empecé a pensar sobre este niño que llevo. Después vi esta cabina telefónica y era como si pudiese oírte, predicándome sobre cómo la gente no debería beber y conducir. Así que he llamado un taxi. Quiero volver a casa.
- Eso está bien, cariño – le dijo con una sensación de alivio. Su marido se sentó a su lado y tomo su mano.
- Pero sabes, creo que puedo conducir ahora.
- ¡No! – le contesto la madre con todos los músculos en tensión. Por favor espera el taxi. No cuelgues el teléfono hasta que llegue el taxi.
- Pero sabes, creo que puedo conducir ahora.
- ¡No! – le contesto la madre con todos los músculos en tensión. Por favor espera el taxi. No cuelgues el teléfono hasta que llegue el taxi.
- Solo quiero irme a casa, Mama.
- Ya lo sé, pero haz esto por tu madre. Espera el taxi por favor. Aprendiendo a escuchar, la madre escucho el silencio…temiendo. Cuando no la oyó contestar, mordió nuevamente sus labios y cerró los ojos. De alguna manera tenía que conseguir que no condujera.
- Ya lo sé, pero haz esto por tu madre. Espera el taxi por favor. Aprendiendo a escuchar, la madre escucho el silencio…temiendo. Cuando no la oyó contestar, mordió nuevamente sus labios y cerró los ojos. De alguna manera tenía que conseguir que no condujera.
- Allí está el taxi. Solo cuando oyó a alguien al fondo preguntarle si había llamado un taxi desapareció la tensión en la madre.
- Me voy a casa mama. Hubo un clic, y después silencio.
Levantándose de la cama, con lágrimas en los ojos, la madre fue a la habitación donde estaba su hija de 16 años durmiendo. Su marido la abrazo, mientras le quitaba las lagrimas de la mejillas.
- Tenemos que aprender a escuchar – le dijo
Levantándose de la cama, con lágrimas en los ojos, la madre fue a la habitación donde estaba su hija de 16 años durmiendo. Su marido la abrazo, mientras le quitaba las lagrimas de la mejillas.
- Tenemos que aprender a escuchar – le dijo
El la miro durante un momento, entonces preguntó:
- ¿Crees que alguna vez se dará cuenta que marco el número de teléfono equivocado?
La madre miro a su hija que dormía y después a su marido.
- A lo mejor no fue una equivocación
- ¿Mama, Papa, que están haciendo? – les pregunto su hija medio dormida
- A lo mejor no fue una equivocación
- ¿Mama, Papa, que están haciendo? – les pregunto su hija medio dormida
La madre se fue hacia ella y le dijo:
- Estamos practicando – le replico
- ¿Practicando qué? – y volvió a cerrar los ojos
- A escuchar– le susurro mientras tocaba su mejilla.
- Estamos practicando – le replico
- ¿Practicando qué? – y volvió a cerrar los ojos
- A escuchar– le susurro mientras tocaba su mejilla.
¿Estás escuchando a tus hijos? ¿Los interrumpes antes de que terminen de hablar? ¿Juzgas sin que te hayan pedido opinión alguna?
Creo firmemente en la disciplina, en guiarlos y en prevenir al máximo que repitan nuestros errores en sus vidas. Sin embargo, nada sirve sin amor. Hablo del amor firme, no de la tolerancia a todo que está tan en boga en todos los ámbitos, tampoco hablo de sobreprotección.
Disciplina con amor, esto es aplicar el principio clara y consistentemente, debe ser comunicada desde la niñez y reforzada conforme crecen, sin permitirnos aplicar decisiones a sus vidas por puras emociones o sin saber escuchar.
Debemos empezar por lo básico ya que ninguno de tus hijos o los míos escucharan hasta que usted y yo aprendamos a escucharlos y tratarlos como creación de Dios. Podemos o no estar de acuerdo, pero debemos aprender a escuchar con respeto. Nunca es tarde para empezar a amar y escuchar.
FRASE DE PODER
Nadie escuchara lo que dices hasta que te importe lo que escuchas
ESCRITURA
Proverbios 18:13 (LBLA)
“El que responde antes de escuchar, cosecha necedad y vergüenza”
“El que responde antes de escuchar, cosecha necedad y vergüenza”
Hoy es un día maravilloso, ayer ya pasó, y mañana solo Dios sabe lo que pasara. Pero tienes hoy para decidir empezar a aprender a ser pronto para escuchar y lerdo para responder a otros o enojarte. Oro a Diosa para que este día podamos como la madre de la historia aplicar esta enseñanza indispensable para una vida fructífera dentro y fuera de nuestros hogares.
Oro para que empieces hoy a aprender como escuchar
Juan Carlos Flores Zúñiga
FUNDACION LIDERINNOVA
FUNDACION LIDERINNOVA
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