La rana atrapada en el surco
Maná del Líder
Lunes 26 de octubre, 2020
Al Servicio de la Comunidad Profesional y de Negocios
LA RANA ATRAPADA EN EL SURCO
Lunes 26 de octubre, 2020
Al Servicio de la Comunidad Profesional y de Negocios
LA RANA ATRAPADA EN EL SURCO
Hace mucho tiempo una pequeña rana saltaba a través del bosque hasta
que llegó a un camino lodoso usado para el transporte maderero. Había llovido copiosamente en el bosque y el
camino tenía profundos surcos creado por el paso frecuente de los camiones madereros
que viajaban del bosque a los aserraderos
Al saltar a través del camino la pequeña rana se percató tardíamente de
que los surcos eran más anchos y profundos que su salto y terminó en el fondo
de uno de ellos. La rana era pequeña y el surco profundo y difícil de salvar
cuando trataba de saltarlo.
Decidió entonces recorrer el surco en ambos sentidos, solo para
descubrir que no tenía fin. Suspiró, se sentó y se rindió. “Atrapado en el
surco”, se dijo a si mismo.
Justo en ese momento un enorme sapo llegó a un lado del surco y notó a
la pequeña rana al fondo del mismo.
- “¿Qué estás haciendo allá abajo ranita?”
- “Atrapada en el surco. No
puedo salir.”
-“Bueno, lo siento pero no puedo ayudarte. Estoy camino a la laguna para cazar algunas
moscas y abrazar algunas ranas.” Y entonces el sapo se alejó saltando.
Un poco más tarde mientras el sapo tomaba el sol sobre una roca al borde de la laguna la pequeña rana apareció saltando a su lado.
-“Pensé que estabas atrapado en el surco,” le dijo el sapo.
-“Estaba,” bromeó la rana.
-“Pensé que no podías salir del fondo.”
-“No podía,” replicó la ranita, sonriente mientras atrapaba una mosca con su lengua.
“-¿Entonces? ¿Qué pasó?” preguntó el sapo.
“Bueno, tenía que salir de allí, ¡un camión maderero venía rápidamente hacia donde me encontraba!”
REFLEXIÓN
Una de las causas más comunes del fracaso se debe a nuestra negligencia
a aprender de nuestros errores. Cuando no aprendemos de nuestros errores
tendemos a repetirlos uno y otra vez. Se que parece una locura, pero me
recuerda justamente la mejor definición que aprendí durante mi proceso de
recuperación años atrás: "locura es tratar de obtener diferentes y mejores
resultados repitiendo los mismos errores".
La rana atrapada en el fangoso y profundo surco dejado por los camiones
madereros, repitió lo que siempre hacía en cualquier situación: saltar, saltar
y saltar. Pero la respuesta al problema no estaba en repetir los mismo errores
que daban magros resultados. La rana se vió obligada a cambiar su perspectiva.
No deja de sorprenderme lo que uno es capaz de hacer cuando decide que
algo es realmente importante. Cada vez que trabajo en una estrategia,
desarrollo un proyecto, tengo una actividad familiar o salgo con mi amada
esposa recuerdo a la pequeña rana. Lo resultados en cada área de la vida son el
resultado de elecciones que hacemos.
Podemos tomar el camino de enojarnos o
quejarnos cuando algo sale contrario a nuestros planes, pero si realmente
deseamos vivir una vida plena y deleitarnos en lo que Dios nos ha confiado
debemos abandonar la postura de víctimas, dejarnos de quejarnos y enfocarnos en
lo que realmente importa.
Uno de mis mentores suele decir que existen razones o resultados, pero
todo comienza con una elección. Muchas personas tratan de cubrir demasiado sin
nunca llegar a tener profundidad. La rana aprendió enfoque porque de ello
dependía su supervivencia. Pero, recuerde si no le gustan sus resultados, debe
hacer diferentes elecciones. Esto es
cierto tanto en la vida terrenal como espiritual. Nuestro ritmo de vida nos
esclaviza a lo urgente, y perdemos el enfoque sobre lo realmente importante:
nuestro propósito.
FRASE DE PODER:
Locura es repetir los mismos errores esperando mejores resultados
ESCRITURA:
Isaías 43:18-19 (NTV)
"Pero olvida todo eso; no es nada comparado con lo que voy a hacer.
19 Pues estoy a punto de hacer algo nuevo. ¡Mira, ya he comenzado! ¿No lo ves?
Haré un camino a través del desierto; crearé ríos en la tierra árida y baldía."
Haré un camino a través del desierto; crearé ríos en la tierra árida y baldía."
Es fácil perder el rumbo cuando nuestra vida carece de enfoque. No nos ocupemos en muchas cosas, sino que escojamos las que realmente importan y que siempre son las menos. Dios nos ayuda a tener enfoque. El abre ríos donde no los hay, nos ha hecho creativos e innovadores. Pero como la rana a menudo el permite circunstancias difíciles que nos obliguen a aprender enfoque y salir de donde estamos atrapados.
Hasta la próxima
Juan Carlos Flores Zúñiga
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