Segunda Oportunidad

Maná del Líder
Lunes 5 de abril, 2021
Al Servicio de la Comunidad Profesional y de Negocios

SEGUNDA OPORTUNIDAD

Había un hombre muy rico que poseía muchos bienes, una gran estancia, mucho ganado, varios empleados, y un único hijo, su heredero. Lo que más le gustaba al hijo era hacer fiestas, estar con sus amigos y ser adulado por ellos.

Su padre siempre le advertía que sus amigos solo estarían a su lado mientras él tuviese algo que ofrecerles; después, le abandonarían.

Un día, el viejo padre, ya avanzado en edad, dijo a sus empleados que le construyan un pequeño establo. Dentro de él, el propio padre preparó una horca y, junto a ella, una placa con algo escrito: "PARA QUE NUNCA DESPRECIES LAS PALABRAS DE TU PADRE. "

Más tarde, llamó a su hijo y lo llevó al establo y le dijo:
- Hijo mío, yo ya estoy viejo y, cuando yo me vaya, tú te encargarás de todo lo que es mío...
Y yo sé cual será tu futuro.
Vas a dejar la estancia en manos de los empleados y vas a gastar todo el dinero con tus amigos.
Venderás todos los bienes para sustentarte y, cuando no tengas mas nada, tus amigos se apartarán de ti. Solo entonces te arrepentirás amargamente por no haberme escuchado. Fue por esto que construí esta horca. ¡Ella es para ti!
Quiero que me prometas que, si sucede lo que yo te dije, te ahorcarás en ella.

El joven se rió, pensó que era un absurdo, pero, para no contradecir al padre, prometió, pensando que eso jamás podría suceder.

El tiempo pasó, el padre murió, y su hijo se encargó de todo, pero, así como su padre había previsto, el joven gastó todo, vendió los bienes, perdió sus amigos y hasta la propia dignidad. Desesperado y afligido, comenzó a reflexionar sobre su vida y vio que había sido un tonto.

Se acordó de las palabras de su padre y comenzó a decir:
-Ah, padre mío... Si yo hubiese escuchado tus consejos... Pero ahora es demasiado tarde.

Apesadumbrado, el joven levantó la vista y vio el establo. Con pasos lentos, se dirigió hasta allá y entrando, vio la horca y la placa llenas de polvo, y entonces pensó:
-Yo nunca seguí las palabras de mi padre, no pude alegrarle cuando estaba vivo, pero, al menos esta vez, haré su voluntad. Voy a cumplir mi promesa.
No me queda nada mas...

Entonces, él subió los escalones y se colocó la cuerda en el cuello, y pensó:
- Ah, si yo tuviese una nueva oportunidad...

Entonces, se tiró desde lo alto de los escalones y, por un instante, sintió que la cuerda apretaba su garganta... Era el fin.

Pero el brazo de la horca era hueco y se quebró fácilmente y el joven cayó al piso. Sobre él cayeron joyas, esmeraldas, perlas, rubíes, zafiros y brillantes, muchos brillantes... La horca estaba llena de piedras preciosas y una nota también cayó en medio de ellas.
En ella estaba escrito:
- Esta es tu nueva oportunidad. ¡Te amo mucho! Con amor, tu viejo padre.


REFLEXIÓN:

Tenemos al menos dos opciones cuando fracasamos, cuando pecados, y cuando nos equivocamos. O aceptamos la acusación y la culpa que a menudo traen consigo, o nos arrepentimos y aprendemos para no repetir los mismos fracasos, pecados y equivocaciones. En realidad la palabra arrepentimiento es la clave, para algunos arrepentimiento y remordimiento son sinónimos. Y están profundamente equivocados al respecto.

El remordimiento implica solo sentirse culpabilizado por nuestros fracasos y pecados, y deriva en una parálisis por temor a intentar algo diferente, en algunos casos termina con suicidio como Judas Iscariote. En cambio, el arrepentimiento llama a abandonar la negación en que nos sume nuestra incapacidad para autoevaluarnos y enfrentar nuestros temores y fracasos. El arrepentimiento implica al menos tres cosas: tomar consciencia del fracaso, aceptar que fracasamos o fallamos, y tomar la decisión de cambiar de rumbo, el opuesto a la conducta o acciones que nos condujeron en primer lugar al fracaso y a pecar.

Lo fascinantes es casi todo el mundo tiene no una o dos sino varias oportunidades de redención, esto es de libertad del fracaso al aprender de ellos y no cometerlos mas. En nuestra equipo de liderazgo tenemos la política de permitir a nuestras colaboradores fracasar o errar al menos una vez por semana, pero no se les permite golpearse en la misma piedra cada semana. Veran, usted y yo somos imperfectos en un mundo pecador, y podemos ser probados o tentados y fracasar. Sin embargo, si no aprendemos, nos arrepentimos y nos levantamos seguiremos profundizando en los mismos errores, pecados y fracasos.

FRASE DE PODER:
Todos los días hay misericordias nuevas para ti

ESCRITURA:
Proverbios 28:13
“El que encubre sus pecados, no prosperará: Mas el que los confiesa y se aparta, alcanzará misericordia.”

Podemos hoy tomar una decisión sencilla pero determinante. Tomar con agradecimiento la oportunidad de hacer las cosas en forma diferente, reconociendo con humildad ante Dios que fracasamos, pero que si nos levantamos de allí, no haremos mas lo mismo. Es un proceso, requiere rendición de cuentas, compañeros mentores que como espejo te permitan medir tu avance y mantenerte enfocado en Cristo.

Su hermano en Cristo

Juan C. Flores Zúñiga
FUNDACION LIDERINNOVA

Comentarios

Alexander Lopez Galea dijo…
SALUDO BUEN AMIGO ESTE MENSAJE ES DE DIOS.
Alvaro Serna dijo…
Excelente siempre los temas de reflexion. Todos los dias los leo en mi devocional y son muy buenos.

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