El Sembrador de Bellotas

Maná del Líder
Lunes 16 de mayo, 2022
Al servicio de la comunidad profesional y de negocios

EL SEMBRADOR DE BELLOTAS

En la década de 1930, un joven viajero exploraba los Alpes Franceses. Llegó a una vasta extensión de tierra estéril y completamente desolada. Era amenazante, un espectáculo horrible a la vista. Era el tipo de lugar del que uno sale huyendo de prisa, sin deseos de volver a visitarlo.

Entonces – de repente -, el joven viajero se detuvo sobre sus talones y miró con sorpresa: En medio de ese vasto desierto, había un anciano encorvado que cargaba un saco de bellotas sobre su espalda. Con un tubo de hierro – de metro y medio de largo -, abría agujeros en la tierra y sembraba las bellotas. 

El anciano notó que tenía un espectador y entonces le dijo al viajero: “Hasta ahora he sembrado más de 100.000 bellotas. Quizás tan sólo una décima parte de ellas crecerán. Pero no importa, pues quiero hacer algo útil con los años que me quedan”. La esposa y el hijo del anciano ya habían muerto, y ésta era la manera como él había decidido invertir sus últimos años.
 
Veinticinco años más tarde, el ahora no tan joven viajero regresó al mismo paraje y lo que vio le sorprendió: La tierra estaba cubierta con un hermoso bosque de tres kilómetros de ancho y ocho de largo. Las aves cantaban, los animales jugaban y las flores silvestres perfumaban el ambiente.

El viajero se quedó contemplándolo todo, recordando la desolación que alguna vez existió en su lugar. Ahora el lugar se había convertido en un hermoso y habitable bosque de robles, sólo porque alguien se interesó y sembró aquel terreno.


REFLEXIÓN

Sé que usted y yo cuando hemos hecho lo correcto por los demás hemos, con frecuencia, sido retribuidos con ataques, ofensas y hasta heridas. Eso nos desalienta. No queremos sembrar más en lo material y en lo espiritual. ¿Para qué luchar contra marea decimos? ¿Cuál es el propósito con un mundo que no quiere escuchar? No olvide que dejar de sembrar es también un tipo de siembra que será segada pero con frutos negativos. Por lo tanto, no podemos dejar de sembrar aunque creamos que no lo hacemos. Nuestra indiferencia, nuestro temor, nuestro egoísmo son siembras que hacemos continuamente.

Entonces, ¿Por qué no sembrar intencionalmente? Sembremos positivamente con fe, con expectación, con esperanza. Donde hay rostros que expresan raíces de amargura, sembremos alegría. Donde hay descortesía y malacrianza, siembra amabilidad y respeto, donde hay egoísmo, siembra generosidad, donde hay odio sembremos amor. Puede que a primera vista no veamos el fruto, eso también pasa en la agricultura. La cosecha madura a su tiempo y se recoge cuando es el tiempo.

Tal vez no lo disfrute usted, pero si lo harán las siguientes generaciones – sus hijos, sus nietos – y tu sonreirás desde el cielo reconociendo que valió la pena. ¡No hay nada más difícil pero a la vez más reconfortante que dar sin esperar nada para ti mismo”. Como dice el refrán “haz el bien, sin mirar a quien”. Decídete hoy mismo a invertir tus años, sembrando cosas positivas en todo lo que hagas, porque la vida es un campo y tu eres el sembrador. Por cierto no hay siembra pequeña. ¡Cambia el mundo que te rodea empezando por ti mismo, siembra hoy!

FRASE DE PODER
El que siembra recoge a su tiempo maravillas

ESCRITURA
Eclesiastés 11:6 (LBLA)
De mañana siembra tu simiente y a la tarde no des reposo a tu mano, porque no sabes si esto o aquello prosperará, o si ambas cosas serán igualmente buenas”

Nuestro foco cada día debe ser sembrar, cosas buenas, amables, bondadosas, generosas, positivas. Cada semilla buena que siembras, aunque pequeña, dará fruto a su tiempo en la tierra que Dios nos manda a plantar.

Te deseo una buena siembra esta semana

Juan Carlos Flores Zúñiga
FUNDACION LIDERINNOVA

Comentarios

¡Hola! Me llamo Asalia, soy escritora de blogs al igual que usted. Me gusta animar a las personas y dejar algo de Dios en ellos. Este escrito suyo me ha gustado mucho. ¡Siga adelante! Dios le bendiga mucho mas.
Un placer leerle.

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