Entrega tu arma

Maná del Líder
Lunes 7 de Enero, 2019
Al servicio de la comunidad profesional y de negocios

ENTREGA TU ALMA

Teofano, un monje cisterciano residente el Monasterio de San Benedicto en Snowmass, Colorado, vio a otro monje trabajando solo en el jardín de vegetales. 

Se acerco y se puso de cuclillas a su lado y le dijo:
"Hermano, ¿Cual es tu sueño?".
El lo miro directo a los ojos con su cara radiante y le dijo:
"Me gustaría ser un monje".
"Pero hermano,-replicó Teofano - usted es monje ¿O no?"

"He estado aquí por 25 años, pero aun porto un arma" y sacó un revolver de su funda bajo el habito blanco. Se veía tan extraño que un monje portara un arma.

Teofano le preguntó: "¿Y no le permitirán ser un monje hasta que usted renuncie a portar un arma?""No, no es eso. La mayoría de los otros monjes no sabe que yo porto un arma, pero yo lo se", contesto el atribulado monje.

"Entonces, ¿por qué no renuncia a su arma y la entrega?" preguntó Teofano
"Creo que es porque ha estado conmigo mucho tiempo. Fui muy herido, y herí mucho a otros. Pienso que no me sentiría confortable sin esta arma", le contesto el monje de la pistola.

"Pero usted ser ve muy incomodo teniéndola", replicó Teofano.
"¿Por que no me da el arma?" le susurró mientras comenzaba a temblar por su posible reacción a tal petición.

El monje, sin embargo, le entregó el arma y lagrimas empezaron a caer a tierra mientras abrazaba a su hermano Teofano.


REFLEXIÓN

La mayoría de nosotros portamos un arma-algún medio físico o emocional para protegernos y sentirnos seguros, escondido bajo el ropaje de nuestra posición en el mundo. Es relativamente fácil esconder nuestra arma la mayoría del tiempo, pero sabemos que esta allí y que es incongruente con la persona que Dios nos ha llamando a ser.

Sabemos también que si nos descuidamos súbitamente, el arma que ocultamos podría causar mucho daño. Nos sentimos incómodos de vivir con ella, pero tenemos temor de vivir sin ella. Algunas veces soñamos con ser libres de esa atadura, o de viajar sin necesidad en empacar un arma en nuestra valija.

Apegarnos a nuestro patrones defensivos o de auto-protección es una clara manifestación de nuestra falta de disposición a rendirnos a Dios para que nos guie y guarde en la jornada que viene adelante. Pero, hay otro deseo que es mayor que nuestro deseo de sentirnos seguros. Es nuestro deseo de abandonarnos en las manos de Dios y la vida que El nos llama a vivir. Es el deseo de dejar el Egipto - tipo del mundo que nos hace sentirnos inseguros y atados - y la jornada junto a otros hacia la Tierra Prometida.

A veces Dios nos susurra, "¿Por que no me entregas tu arma?" Sentimos temor a pesar de la libertad que nos promete responde a esta solicitud, cambiando el temor por la esperanza. Dios espera paciente y silenciosamente. Y conforme estamos listos, renunciamos a ese comportamiento, a ese patrón, a ese pecado que hemos ocultado todos estos años, y nuestras lagrimas tocan el suelo. Al fin podemos experimentar libertad.

FRASE DE PODER
Debes renunciar al temor para ganar la esperanza

ESCRITURA
II Corintios 10:4 (NVI)
"Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas;"

No se tu, pero esta mañana he empezado el día entregado esa atadura, esos pecados, esas armas ocultas, que se pueden disparar solas si sigo escondiéndolas. Hoy he decidido abandonar mi zona de comodidad y aventurarme a recibir el amor de Dios entregándole todo lo que no puedo arreglar. Tu también tienes esa opción hoy.
El Señor te susurra "¿Me entregas tu arma?"

Oro para que entregues tu "arma" esta semana a Dios

Juan Carlos Flores Zúñiga
FUNDACIÓN LIDERINNOVA

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Recuerda a Quien Sirves

La Oración del Naufrago

Tentación que mata