El Semaforo

Maná del Líder
Al Servicio de la Comunidad Profesional y de Negocios
Lunes 12 de febrero, 2024

EL SEMÁFORO

Aquel día, me desperté con mucha flojera y renegando. Con trabajo pude deshacerme de las cobijas. Me dirigí al baño arrastrando los pies mientras maldecía el tener que levantarme de la cama sin poder quedarme en ella todo el día. Desayuné con los ojos tan cerrados como mi mente.

Tal pereza me dominaba, que por no meter el pan en el tostador, preferí comerlo frío y beber la leche directamente de la botella. ¿Por qué tener que trabajar? ¡Esa sí era una verdadera maldición!

Salí de mi casa en dirección a la oficina en mi vehículo con asientos de piel y calefacción, observando en el camino el pavimento humedecido por la lluvia y seguía maldiciendo el tener que ir a trabajar. El semáforo marcó el alto y, de pronto, como un rayo, se colocó frente a todos los automóviles algo que parecía un bulto.

Por curiosidad abrí más mis ojos somnolientos y pude descubrir que lo que parecía un bulto, era el cuerpo de un joven montado en un pequeño carro de madera. Aquel hombre no tenía piernas y le faltaba un brazo. Sin embargo, con su mano izquierda lograba conducir el pequeño vehículo y manejar con maestría un conjunto de pelotas con las que hacía malabares. Las ventanillas de los automóviles se abrían para darle una moneda al malabarista que llevaba un pequeño letrero sobre el pecho.

Cuando se acercó a mi auto pude leerlo, "Gracias por ayudarme a sostener a mi hermano paralítico". Con su mano izquierda señaló hacia la banqueta y ahí pude ver a su hermano: sentado en una silla de ruedas, colocada frente a un atril que sostenía un lienzo, movía magistralmente con su boca un pincel que daba forma a un hermoso paisaje.

El malabarista mientras recibía ayuda, vio el asombro de mi cara y me dijo: "¿Verdad que mi hermano es un artista? Por eso escribió esa frase sobre el respaldo de su silla." Entonces leí la frase que decía: "Gracias Señor por los dones que nos das. Contigo no nos falta nada".


REFLEXIÓN

¡Recibí un fuerte golpe en mi interior mientras el hombre-bulto se retiraba y el semáforo cambiaba del color rojo al verde! Mi semáforo interior cambió desde aquel día. ¡Nunca más se me volvió a encender la señal de alto, que me paralizaba por la pereza! Siempre he tratado de mantener la luz verde y realizar mis trabajos y actividades sin detenerme.

Aún en Cristo, lucho con mi tendencia a estirar mi horario y hacer mas de lo que debo. Muchos de nosotros nos enfocamos en nuestras debilidades para intentar mejorar, esos jovenes me enseñaron a enfocarme en mis fortalezas cada día mas. No para hacer de ellas mi asidero, mi castillo, sino para ocuparme de lo que se hacer mejor con eficacia. He aprendido a hacer una lista de las cosas que no hago mas, enfocándome en las que sí debo hacer. He trazado una línea sobre la arena de mi vida y aprendido a separar lo urgente de lo importante.

Como aquellos jóvenes en la calle, cada uno de nosotros necesita ganar perspectiva, y enfocarse en aquello que dejara un legado, en lugar de lamentarse por lo que no se tiene, o aquello en lo que se es débil.

Un amigo mío, pintor al óleo, murió años atrás de cáncer. Hizo muchas cosas en su vida, buenas y malas, pero aprendió a enfocarse en la espiritualidad del arte que consagraba en sus lienzos geométricos con un respeto increíble por las personas y la creación de Dios. El me enseñó, que aunque tenía carencias, lo más importante en su vida era lo que le daba propósito y a lo cual servía con pasión.

Dios usa circunstancias, personas, pruebas, y lo que sea necesarios para comunicarnos que nos ama, y que nos creó con un propósito, conocerlo te hará una personas mas enfocada, visionaria y agradecida como los jóvenes en la calle, como mi amigo pintor, como tanta gente que Dios pone cerca tuyo para ayudarte.

FRASE DE PODER
Una vida sin propósito es una vida desperdiciada

ESCRITURA
1 Tesalonicenses 5:11 (LBLA)
"Por tanto, alentaos los unos a los otros, y edificaos el uno al otro, tal como lo estáis haciendo."

No estaremos mucho tiempo aquí, ¿no es tiempo de empezar a bajar la velocidad y descubrir el propósito de Dios para nuestras vidas? Y una vez descubierto enfocarnos con pasión en lo que hemos sido llamados a hacer sin mirar a nuestras flaquezas sino más bien desarrollando nuestras fortalezas llámense habilidades, experiencias, dones, corazón hacia donde Dios quiere.

Oro para que te enfoques en tus fortalezas

Juan Carlos Flores Zúñiga
FUNDACIÓN LIDERINNOVA

Comentarios

Carlota Chaves dijo…
Muchas gracias don Juan Carlos; a veces olvido mandarle un correo que confirme que sigo leyendo sus correos ... pero quiero que sepa que siempre los leo. Gracias de nuevo.
Jenny Salazar Obando dijo…
Muchas bendiciones, GRACIAS........les deseo lo mejor para esta semana.
Harvey Gallardo dijo…
Muy buena esa siervo admiro tu link. Bendiciones...

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