Tres canicas rojas

Maná del Líder
Lunes 31 de enero, 2021
Al Servicio de la Comunidad Profesional y de Negocios

TRES CANICAS ROJAS

Durante los primeros años de la década del cincuenta, del siglo pasado, en un pequeño pueblo de Cerro Largo, Uruguay, solía parar en el almacén del Sr. Gadea para comprar productos frescos de granja. La comida y el dinero faltaban y el trueque se usaba mucho.

Un día en particular, el Sr. Gadea me estaba empaquetando unas papas. De repente me fijé en un niño pequeño, delicado de cuerpo y aspecto, con ropa roída pero limpia que miraba atentamente un cajón de arvejas frescas maravillosas. 

Pagué mis papas pero también me sentí atraído por el aspecto de las arvejas. ¡Me encantan la crema de arvejas y las papas frescas! Admirando las arvejas, no pude evitar escuchar la conversación entre el Sr. Gadea y el niño:

- Hola Marcelo, ¿como estás hoy?

- Hola Sr. Gadea. Estoy bien, gracias. Solo admiraba las arvejas... se ven muy bien.

- Sí, son muy buenas. -

- ¿Cómo está tu mamá?
- Bien. Cada vez más fuerte.

- Bien. ¿Hay algo en que te pueda ayudar?
- No Señor. Sólo admiraba las arvejas.

- ¿Te gustaría llevar algunas a casa?
- No Señor. No tengo con que pagarlas.

- Bueno, ¿qué tienes para cambiar por ellas?
- Lo único que tengo es esto, mi canica más valiosa

- ¿De veras? ¿Me la dejas ver?

- Acá está. ¡Es una joya!

- Ya lo veo.

Mmmm... el único problema es que ésta es azul y a mí me gustan las rojas. ¿Tienes alguna como esta, pero roja, en casa?
- No exactamente, pero casi.

- Hagamos una cosa: Llévate esta bolsa de arvejas a casa y la próxima vez que vengas muéstrame la canica roja que tenés.

- Desde ya gracias, Sr. Gadea!

La Sra. Gadea se me acercó a atenderme y con una sonrisa me dijo:
- Hay dos niños más como él en nuestro pueblo, todos en situación muy pobre. A Juan le encanta hacer trueque con ellos por arvejas, manzanas, tomates, o lo que sea. Cuando vuelven con las canicas rojas, y siempre lo hacen, él decide que en realidad no le gusta tanto el rojo, y los manda a casa con otra bolsa de mercadería y la promesa de traer una bolita color naranja o verde tal vez.

Me fui del negocio sonriendo e impresionado con este hombre. Un tiempo después me mudé al pueblo de Mercedes pero nunca me olvidé de este hombre, los niños y los trueques entre ellos. Varios años pasaron, cada uno más rápidamente que el anterior. Y es así que un día tuve la oportunidad de visitar a unos amigos en ese pueblo de Cerro Largo.

Mientras estuve allí, me enteré que el Sr. Gadea había muerto. Esa noche sería su velorio y sabiendo que mis amigos querían ir, acepté acompañarlos. Al llegar a la funeraria, nos pusimos en fila para conocer a los parientes del difunto y para ofrecer nuestro pésame.

Delante de nosotros en la fila, había tres hombres jóvenes. Uno tenía puesto un uniforme militar y los otros dos unos lindos trajes oscuros con camisas blancas. Parecían profesionales. Se acercaron a la Sra. Gadea quien se encontraba al lado de su difunto esposo, tranquila y sonriendo. Cada uno de los hombres la abrazó, la besó, conversó brevemente con ella y luego se acercaron al ataúd. Los ojos azules llenos de lágrimas de la Sra. Gadea los siguió uno por uno mientras cada uno tocaba con su mano cálida la mano fría dentro del ataúd. Cada uno se retiró de la funeraria limpiándose los ojos. 

Llegó nuestro turno y al acercarme a la Sra. Gadea le dije quién era y le recordé lo que me había contado años atrás sobre las canicas. Con los ojos brillando, me tomó de la mano y me condujo al ataúd.

- Esos tres jóvenes que se acaban de ir son los tres chicos de los cuales te hablé. Me acaban de decir cuanto agradecían los «trueques» de Juan. Ahora que Juan no podía cambiar de parecer sobre el tamaño o color de las canicas, vinieron a pagar su deuda.

Nunca hemos tenido riqueza - me confió - pero ahora Juan se consideraría el hombre más rico del mundo. Con una ternura amorosa levantó los dedos sin vida de su esposo. Debajo de ellos había tres canicas rojas exquisitamente brillantes.


REFLEXIÓN:

No seremos recordados por nuestras palabras, sino por nuestras acciones. La palabra integridad ha sido manoseada hasta el punto de que no tiene peso cuando se emplea. Integridad significa estar completo, que lo dices sea lo que haces, que la eternidad sea tan importante para ti que tu acciones en el presente no sean superficiales aunque luzcan pequeñas. 

La vida no se mide por cada aliento que tomamos sino por las cosas que nos quitan el aliento. No hablo de cosas monumentales, sobresalientes en términos humanos. Hablo de lo que pequeños milagros diarios producto de las acciones de personas con fe innegociable, que cumplen lo que dicen y hacen lo que creen. Sabes la fe nos lleva a hacer cosas pequeñas pero con un peso eterno que impactan la vida de otros de maneras inimaginables. Le fe sin obras es fe muerta.

Hoy es un día para vivir por fe, los milagros comunes, tal como una cafetera de café fresco que otro te preparó, una llamada inesperada de un viejo amigo, semáforos verdes camino al trabajo. Este es un día de cosas pequeñas de las cuales estar agradecido: la fila más rápida en el supermercado, una canción favorita en la radio, encontrar tus llaves justo donde buscas. Este es un día para sentirse bendecido por el aire que respiras, la brisa que refresca tu rostro, el sol que brilla para todos, y el amor y el perdón de Dios que se ofrece a todos hayan o no pecado, crean en Dios o no, le crean a Dios o no.

Te deseo un día de felicidad y perfección; pequeños trozos de perfección que te hagan sentir que estás sonriendo, porque eres alguien especial y único. Te deseo un día de paz, felicidad y bendición. Dicen que toma un minuto encontrar a una persona especial, una hora para apreciarla y un día para amarla, pero una vida entera para olvidarla. Comparte este maná con personas que nunca olvidarás. 

Es un mensaje breve para hacerles saber que nunca les olvidarás. A veces estás tan apurado que probablemente olvides a tus amigos, a tu familia y hasta a Dios. Pero, trata de hacerte de un ratito y hazlo. No olvides que sólo tienes en tus manos este momento. El ayer ya se fue y el mañana quien sabe si llegará, sólo Dios conoce el futuro porque El ya está allí.

FRASE DE PODER:
Todo lo que dices y haces tiene peso eterno

ESCRITURA:
Santiago 2:20 (LBLA)
Pero, ¿estás dispuesto a admitir, oh hombre vano, que la fe sin obras es estéril?.”

Al comenzar un año nuevo emergen grandes desafíos. Puede que las circunstancias que vienen sean más difíciles que las del año que acaba de terminar, pero por la fe no solo puedes mover montañas, sino cambiar vidas y eso es verdaderamente poderoso y eterno. Hazlo un paso a la vez, una persona a la vez. Lo que digas, hazlo, lo que creas vívelo. Por tu fe viva a traves de las obras seremos juzgados tu y yo algún día.

Su hermano en Cristo

Juan Carlos Flores Zúñiga
FUNDACION LIDERINNOVA

Comentarios

Anónimo dijo…
Juank
Me parece excelente. Gracias por compartir esta historia. Ha tocado mi corazon
Tomas Cavanillas
Francisco Salazar dijo…
Juan Carlos
Hermsoa reflexion. Que Dios Te Bendiga Siempre
Atentamente,
Lic. Francisco Salazar Obando
Manuel Fernandez dijo…
Te bendigo amio mio
Que excelente reflexion.
Me siento bendecido
Juan Montes dijo…
Gracias hermano Juan Carlos, por enviarme este articulo tan rico en acciones de animo.
Un colaborador en Jesucristo.
Pastor: Juan Montes. D.M,
Gerado Bogantes dijo…
Maravilloso mensaje. Me sacó las lágrimas. Así debe ser nuestra vida. Saludos
Fernando Suarez dijo…
Esto es algo edificante para pensar
gracias

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